Mi dulce locura

Corren los tiempos donde lo débil o lo indeciso molesta, molesta al que se la juega o al que no quiere seguir en lo mismo. Corren los tiempos donde el atreverse es considerado una locura, una dulce locura idealista, pero no por ello menos encantadora y comprometida...

Locura para quien no quiere llevar una vida plana llena de posibilidades, pero vacía por dentro.

Locura para quien no cae en la nueva deidad del ostentoso dinero y se burla de el para siempre consiguiendo igual lo que quiere.

Locura es una palabra descubierta al amar mas allá de los limites de la proximidad y la razón y aun así seguir deseándote mas.

Locura es el desorden necesario en mi mente, en mi cabeza. Es la mirada entre ojos y la sonrisa a medio congeniar entre lo bueno y lo malo que he de ser.

Mi locura, mi dulce locura, me embriaga y me recita pasajes de un texto que escribió en el que aparezco yo. Ahí solo soy un personaje en medio de una trama, a veces me presento como una sintaxis, una combinación de oraciones hablando de lo que se supone que debería hablar. En otras me convierto en una metáfora y evoco la fuerza y la decisión del que pelea por sus principios los cuales no tranza. Cierra su libro y recita una poesía y me convierto en la atracción de un opuesto. El beso a continuación me paraliza, al igual que su ausencia... Mi locura es un contradicción total, el principio de algo indeterminado, y eso mas que alejarme me encanta.